Y qué bueno hubiera sido encontrarnos algún día para entregarnos cuentas de lo andado,
para mirarnos a los ojos por lo menos una vez más en la vida,
y arrancarnos -¿quién sabe?-
las flores que entretanto nos hubieran crecido para el otro en el propio corazón.
Mario Payeras
No hay comentarios:
Publicar un comentario